La generación del 2000, encolumnada en Jannik Sinner (1°) y Carlos Alcaraz (2°), se ha encargado de echar por tierra el trabajo de aquellos nacidos durante la década de 1990, principalmente al adueñarse de los últimos ocho torneos de Grand Slam.
Al igual que Alexander Zverev (3°), Daniil Medvedev (11°), Andrey Rublev (15°) y Casper Ruud (16°), entre otros, el griego Stefanos Tsitsipas (26°) no ha logrado cumplir con todas las expectativas generadas a su alrededor, fallando en dar un paso hacia adelante en los principales eventos del circuito masculino para entrar en una crisis de identidad, cortando relación laboral con su padre, Apostolos, y depositando su confianza en un experimentado como el croata Goran Ivanisevic.
Pese a anunciar hace dos meses el inicio de su colaboración con el exentrenador de Novak Djokovic (6°), el ateniense, de 26 años, aún continúa en búsqueda su mejor versión dentro de una cancha de tenis, esa que le permitió alcanzar el número 3 del ranking mundial ATP, levantar 12 títulos, un ATP Finals y tres Masters 1000, todos en Monte-Carlo, y acceder hasta la definición en Roland Garros 2021 y Australian Open 2023.
"La principal prioridad era encontrar una raqueta, ha probado 12 raquetas y ya ha decidido con qué modelo va a jugar", inició socarronamente el nacido en Split, de 53 y proclamado en Wimbledon 2001, en relación a la comentada consagración de su flamante pupilo en el ATP 500 de Dubai, en declaraciones al medio de su país HRT.
En consecuencia, el 22 veces consagrado en el máximo nivel, que previo a guiar hacia el éxito rotundo al legendario balcánico había preparado a su compatriota Marin Cilic y recientemente atravesó una fugaz experiencia con la kazaja Elena Rybakina (11°), reveló: "Ahora mismo no puedo decir que se encuentre en su mejor estado tenístico y físico. Es un jugador para estar entre los cinco mejores del mundo, en cuanto a potencial, resultados y todo lo demás".
"No soy Harry Potter y con una varita voy a cambiarlo todo de la noche a la mañana. Pero, por supuesto, si trabaja y existe la cooperación que debería de haber llegarán los resultados, tanto conmigo como sin mí. Es un jugador demasiado bueno para estar donde está, para jugar de la manera que está jugando en este momento", concluyó Ivanisevic, el cual intentará que Tsitsipas, actualmente en su peor posición en el ordenamiento desde 2018, recupere la confianza y vuelva a creer en sus condiciones.