Raúl Arias recuerda cómo fue la experiencia mundilaista que vivió Necaxa en Brasil hace 25 años 5l1f58
MÉXICO -- La salida de Necaxa hacia Brasil para competir en el Mundial de Clubes 2000 fue ‘accidentada’. 4w581l El técnico Raúl Arias pudo haberse quedado en México y dejar el puesto, si la presión y molestia de esposas de jugadores hubieran surtido efecto y, quizá, ese tercer sitio mundial de los Rayos a costa del Real Madrid no habría llegado. La historia la cuenta mejor Raúl Arias a ESPN, a 25 años del debut del Necaxa en el primer Mundial de Clubes. “El primer partido se jugaba en Río de Janeiro y se hacía el día 6 de enero. No era solamente el cambio de año, era el cambio de siglo, cosa que también las esposas de los jugadores se quejaron porque prohibí que pudiéramos llevar invitados, familia, a nuestras mujeres, a nuestros hijos, a nuestros hermanos”. Raúl Arias continúa: “Decía yo: ‘vamos a ir a competir, no vamos de vacaciones. No vamos a ir a conocer, sino a competir. Eso le molestó mucho a las esposas; se juntaron y me querían correr y todo. Muy bravo el asunto. Estamos hablando de un problema a lo previo, a lo que es la competencia. Todavía no empezaba el juego y ya teníamos problemas”. Es que el plan inicial del Necaxa iba acorde con la logística de la FIFA: viajar el 4 de enero para jugar el 6 ante el Manchester United. Raúl Arias analizó la situación y concluyó que era mejor tomar previsiones y adelantar la salida del país. “Dije: ‘no, de ninguna manera nos vamos el 4. Nos vamos desde el 28 de diciembre (de 1999)’. Entonces, uuuuuy, ahí se hizo el escándalo. Que por qué tienen que ir, que por qué no, que por qué no pasar el Año Nuevo en México, con la familia. Un lío terrible. Se lo plantee a mi presidente Justino Compeán, y también me dijo: ‘no, no, yo también me tengo que quedar; por favor no me digas eso’. Le respondí que no había de otra, que necesitábamos ese tiempo. Y ese tiempo ganado fue para mí lo más determinante en la decisión del resultado. Creo que esa fue la clave (de la buena actuación): la anticipación, anticiparnos”. Necaxa partió a Río de Janeiro el 28 de diciembre y señala Raúl Arias que dos días después jugaron un partido amistoso ante un rival de juveniles en una cancha que les prestó el ex futbolista Zico. “Nos dieron un ‘baile’, nos dieron un ‘toque’. Nos pasaron por encima. Nos golearon 3-0”. “Y luego vino la reflexión de todos, la conciencia en el profesionalismo y decir: ‘sí, tenía razón, la anticipación es la ventaja’. Nosotros no estábamos adaptados al clima de ese momento en Río. En México hacía muchísimo frío y allá e clima era terrible, el calor insoportable”. Recuerda el estratega mexicano que antes del debut, Necaxa solo entrenó una vez en el Estadio Maracaná “y yo en lo único que me refugiaba era en esa parte que se llama anticipación”. Los Rayos empataron a un gol contra Manchester; luego vencieron 3-1 a South Melbourne Lakers; perdieron 2-1 ante Vasco da Gama y tras una igualada frente al Real Madrid 1-1, ganaron 4-3 en tanda de penaltis. Quien falló por Necaxa fue Salvador Cabrera. Confiesa Raúl Arias que era “era todo un misterio” el Mundial de Clubes, ya que no sabían qué se les iba a presentar y había incertidumbre. Dice que el Necaxa ya no era el llamado ‘equipo de la década de los 90’, sino “un plantel modesto, pero muy competitivo” que depuraba. Ya no estaban las figuras que ganaban mucho dinero. “Era insostenible mantener un equipo tan bueno, pero tan caro”. Agrega el entrenador que no se tenía un defensa central de trayectoria y prestigio, y tuvo que improvisar con la dupla Markus López-Sergio Almaguer, cuando el primero era volante y el segundo centro delantero. “Aparte teníamos un lateral izquierdo, un muchachito que se llama José Milián, un joven que había debutado y sin mucho recorrido y que marcó a David Beckham. Siempre me sentiré orgulloso de este equipo. Fue muy meritorio lo que se hizo. Era un equipo de perfil bajo, pero atrevido, con personalidad, con un gran funcionamiento”. La tercera posición del Necaxa le valió el premio de 2, 3 millones de dólares, cifra que no recuerda Raúl Arias, pero sí que él le propuso a Justino Compeán que un millón fuera repartido a los integrantes del plantel. “Le dije: ‘ya lo ganamos y hay que dárselos a los muchachos, al cuerpo’ y así fue”. El regreso del equipo a México no fue tan bueno para Raúl Arias. Cuenta que para la prensa que los recibió en el aeropuerto lo más importante era cuánto dinero le tocó a cada jugador y él lo que necesitaba era que le preguntaran de futbol, de la estrategia, de cómo se prepararon los partidos, de cómo era jugar en una cancha tan ancha como la del Maracaná, de cómo iban a las favelas a repartir regalos “y de cómo nos convertimos en el ‘Necascha’, como decían los brasileños y los niños”.
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