Cleveland, como ya parece ser una costumbre, luce como un equipo sin pies ni cabeza, comenzando con la incertidumbre en la posición de quarterback 3r524i
La NFL entra en esa etapa del calendario donde todo parece posible... y todo es cuestionable. A pocas semanas del inicio oficial de la pretemporada, entre renovaciones esperanzadas y reconstrucciones forzadas, hay franquicias que apuestan por la estabilidad, y otras que juegan a la incertidumbre. 2g13u En ese tablero, la llegada de Nick Chubb a los Houston Texans podría ser el movimiento más infravalorado de la temporada baja, el corredor egresado de los Georgia Bulldogs viene de una lesión de rodilla, pero eso no impide que sea una gran adición para los Texans. Nick Chubb, uno de los corredores más consistentes (y duros de derribar) de la última década, llega a Houston, donde compartirá backfield con Joe Mixon. No es una apuesta por el futuro, es una realidad en el presente que dará a los Texans profundidad y experiencia. Y es justo lo que franquicias como los Cleveland Browns ya no tienen en el backfield.  Mientras los Texans arman una ofensiva con un monstruo de dos cabezas por tierra --Mixon como martillo, Nick Chubb como navaja--, los Browns esperan que el draft sea su salvación. Con el turno global N° 36 seleccionaron a Quinshon Judkins de Ohio State con la esperanza de que el novato llene los zapatos de Nick Chubb. Judkins tiene talento, visión y proyección, sin embargo, todavía no ha corrido una yarda en la NFL. Así que, por ahora, su llegada no llena el vacío que dejó Nick Chubb. Además, los veteranos Jerome Ford, Pierre Strong Jr., Dylan Sampson y Ahmani Marshall no son la garantía que tenían con Nick Chubb, por lo que Cleveland no solo perdió a un corredor de élite, sino que perdió su identidad. Judkins puede ser una estrella en el futuro, pero los Browns no están en condiciones de esperar mucho. Lo que están haciendo los Texans es tan claro como estratégico: construyen un equipo que no dependa exclusivamente de su quarterback C.J. Stroud. Nick Chubb no tiene que ser titular, pero sí puede ser factor decisivo en la temporada. Y lo más importante, Houston no está improvisando, no espera que un novato lo resuelva todo y tampoco necesita que cada pieza sea perfecta, solo que sean funcionales y ahí es donde Nick Chubb encaja a la perfección. En paralelo, los Browns parecen vivir una constante reconstrucción sin un quarterback consolidado, incluyendo el reciente fiasco de Deshaun Watson y la incertidumbre en su batalla por la titularidad entre Shedeur Sanders, Dillon Gabriel, Kenny Pickett y el veterano Joe Flacco. La NFL de 2025 tiene poco espacio para errores prolongados, la presión por resultados inmediatos es más real que nunca. Houston lo entiende y actúa en consecuencia, Cleveland, en cambio, parece atrapado entre la nostalgia de lo que fue y la ansiedad de lo que podría ser. p> Nick Chubb, ya lejos de Cleveland, encarna justamente esa decisión que los Browns no tomaron: elegir lo tangible, lo probado, lo que puede funcionar ahora. Porque, a veces, la experiencia no es un lujo; es una necesidad.  La llegada de Nick Chubb a Houston es para ser protagonista, sumar, reforzar la plantilla y cerrar los partidos. Mientras tanto, Cleveland mira al futuro con esperanza... pero sin certezas. Y en una liga tan implacable como la NFL, esa apuesta suele costar muy cara.
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